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martes, 15 de marzo de 2011

COCONITO: ¿OTRO NEGOCIADO DEL IDU?


El Instituto de Desarrollo Urbano IDU, compró a una empresa privada el Motel Coconito en $3.086 millones, hace casi 12 años, para desarrollar la megaobra de la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO), que aun no se construye.

Hasta hoy el IDU está inmerso en un embrollo jurídico por recuperar el inmueble que arrendó a los antiguos propietarios y que desde hace 8 años el arrendatario lleva sin pagar el canon de arrendamiento.

¿Cuál es la historia?

Con el objetivo de construir la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO), con la que se busca desarrollar un tramo vehicular entre el Aeropuerto de Guaymaral y la Avenida El Dorado, era necesario comprar el motel Coconito, ubicado en la transversal 93 N° 51-21, en el sector de Álamos, con un área de 6.400 metros cuadrados.

En junio de 1999, a través de la Promesa de Compraventa N° 034 se protocolizó la compra del inmueble, actuando el Director Técnico de Construcciones del IDU, Óscar Hernando Solórzano Piedrahita (en la Administración de Enrique Peñalosa), y la sociedad Berdimar Ltda., propietaria del inmueble. El precio del contrato, se pactó en $3.086 millones. Pero, en una de las cláusulas quedó establecido que la sociedad Berdimar Ltda., seguiría con la posesión del bien en calidad de arrendatario, hasta que comenzara la construcción de la proyectada avenida.

Por la misma época las partes, es decir, el IDU y la sociedad Berdimar Ltda., firmaron un contrato de arrendamiento, cuyo canon fue fijado en $15’433.230 de pesos, cancelables durante los diez primeros días de cada mes. Es decir, el IDU debía derivar utilidades del motel Coconito, mientras que la sociedad Berdimar Ltda., se lucra del inmueble dedicado exclusivamente al negocio del amor furtivo en sus 50 habitaciones, a un precio promedio de $82.000, por la permanencia de ocho horas, sin contar con los ingresos por licor y alimentación. Lo que le representa ingresos a la sociedad Bardimar Ltda, entre $80 y $125 millones de pesos mensuales.

El contrato ha sido prorrogado en 4 oportunidades y la última extensión del arriendo se venció en abril de 2001. No obstante, por diversas razones hubo una última prórroga y se fijó para el 30 de julio de 2001 la fecha definitiva en que se debía restituir el inmueble al IDU. Pero no se hizo y la defensa la sociedad Berdimar Ltda., argumentó que, según la cláusula tercera del contrato de arrendamiento, la entrega del motel Coconito únicamente debía realizarse en el momento en que fuera inminente la construcción de la Avenida Longitudinal de Occidente.

Como también estaba consignado en el contrato de arrendamiento, para dirimir la controversia patrimonial el 8 de mayo de 2003 fue convocado un tribunal de arbitramento integrado por los abogados Humberto de la Calle Lombana, Gaspar Caballero Sierra y Juan Pablo Gómez Pradilla. Sin embargo, si bien el IDU consignó el dinero que le correspondía pagar por esta instancia legal, la firma Berdimar no lo hizo. El tribunal de arbitramento no pudo actuar y después de un largo contrapunteo el IDU decidió llevar el pleito a un juzgado administrativo de Bogotá.

En noviembre de 2009, el juez 37 administrativo Omar Borja falló en favor del IDU y ordenó a la sociedad Berdimar Ltda. (Hoy de propiedad de la Ladrillera Los Tejares y los hermanos Luis Alfonso, Diana Marcela y Érik Puentes Maitz Yustis) restituir el motel en un término de diez días. En la decisión pesó la demostración de que el proyecto de la Avenida Longitudinal de Occidente ya estaba incluido en el Plan de Ordenamiento Territorial desde 2004 y hoy sigue siendo una de las principales obras a ejecutar en el corto plazo dentro del denominado Subsistema de Integración Ciudad Región.

Pero, la sociedad Berdimar Ltda., apeló la decisión y fue necesario esperar ocho meses más, hasta que la Sección Tercera del Tribunal Administrativo de Cundinamarca confirmó la decisión. Los arrendatarios volvieron a insistir en que aún no era inminente la construcción de la avenida y que por eso no estaba disuelto el contrato. El tribunal observó que de todos modos, de conformidad con el Código de Comercio, la sociedad Berdimar Ltda., no había cumplido con sus obligaciones como arrendatarios. Sólo quedaba esperar la diligencia de la entrega.

Desde entonces han transcurrido varios meses y el IDU no ha podido hacer uso pleno de su propiedad. En la diligencia del 11 de enero, volvió a aparecer Hernando Rubiano Suárez, quien manifestó que estaba al frente del negocio porque su dueño, Luis Enrique Puentes, había muerto hacía dos años. Cuando el inspector de Policía le preguntó cuál era su relación laboral con la sociedad Berdimar Ltda. y Rubiano Suárez se limitó a decir que nunca ha tenido un contrato, pero que siempre existió entre él y Puentes una verdadera amistad y colaboración hasta el último día.

El pasado 28 de febrero, se suspendió la diligencia de desalojo, según lo consignó el Inspector 9º. de Policía de Fontibón, Antonio López Buriticá, en el acta correspondiente de la entrega real y material del inmueble por parte de la sociedad Berdimar Ltda.

¿Y ahora quién responde?

Como aun no se ha logrado la restitución efectiva del bien en favor del IDU, y después de 12 años sin solución definitiva, será que algún organismo de control investigará quiénes fueron los responsables del pésimo negocio, y que a estas alturas del proceso en una clara violación al código civil, se configura claramente un negociado.

"El IDU entregó el inmueble de manera irregular al tratarse de un bien de uso público, por lo tanto no era legal arrendarlo y prorrogarlo tal como se presentó. Los inmuebles adquiridos por el IDU para la ejecución de obras no son objeto de negociación contractual”, según un concepto del Consejo de Estado.

Cuando el IDU recupere efectivamente el inmueble, debe continuar otro largo proceso de recuperación de los arrendamientos adeudados, y aún no se ha instaurado alguna acción legal para recuperar el dinero, cuya suma asciende a unos $2.232 millones que el Distrito capital ha dejado de percibir por arriendos no cancelados desde 1999.

Mientras tanto los bogotanos seguiremos expectantes ante la ineficacia de los organismos de control al permitir la realización de contratos leoninos que solo beneficiaron el interés particular y feriando el patrimonio público.

Carlos Augusto Cubillos Romero

7 comentarios:

  1. Sandra Polania Tellez16 de marzo de 2011, 14:09

    Cuando se hizo ese contrato leonino, es claro un detrimento patrimonial para el Distrito, en el mandato del alcalde ENRIQUE PEÑALOZA. No entendemos el porqué solo hasta ahora se viene a conocer esta conducta delictuosa. Se debe investigar al DIRECTOR DE IDU de entonces, puesto que aparece un INTERES ILICITO en la celebración de contratos. No es posible que 12 años después, ningún funcionario del IDU haya puesto en conocimiento de los organos de control este acto de corrupción y menos se haya enterado a la opinión pública. Ahora mismo, Enrique Peñaloza, aspira a ser de nuevo alcalde, un URBISTA disfrazado de VERDE y así volver a las mismas andanzas para saquear al distrito.

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  2. Un buen título: IDU. Instituto de Detrimento Urbano. Ejemplo de ineptitud y corrupción. El IDU compra el inmueble e inmediatamente lo arrienda a los anteriores dueños con triquiñuelas. Después de 12 años, no lo entregan, ni pagan el arriendo y siguen tan campantes. Ahí hay un torcido ni el verraco, todo ese tiempo sin pagar arriendo y llenándose los bolsillos los hermanitos Puentes, y los funcionarios del IDU responsables tranquilos y libres sin investigación alguna.

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  3. Los Colombianos nos acostumbramos a mirar y dejar pasar, en este caso, como en el de los Nule, El embalse del guavio, la construcción en los cerros en el sector de la calera, siempre prima el interés particular de algunos pocos, es así que siempre hacen grandes utilidades a costa de los ciudadanos, que somos los que terminamos pagando con nuestros impuestos las genialidades de los ladrones que nos gobiernan, es hora de despertar o seguir en el letargo eterno que ha permitido hasta la forma de contratación y pensión actual que lo único que nos promete es que nos vamos a morir trabajando.

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  4. y Donde estan los entes de control??? y los ciudadanos que conocen el hecho .. porque no lo denuncian?? Nos merecemos nuestros dirigentes???
    Gracias por contarnos nuestras tristezas...

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  5. Esto esta como para corroborar lo que todos sabemos; la mala fe si paga "El hoy director del I.D.U. Nestor Eugenio Ramirez, siendo el gerente de la E.R.U.tomo del pelo a la propuesta de la Corporación Bogotá Ciudad Central, sobre la propuesta Piloto de Desarrollo Urbano,en el Centro Internacional.Desde el mes de enero de 2009 al mes de Agosto del mismo año, mientras sus, funcionarios, anteriormente en Planeación Distrital Oficina de Patrimonio y Renovación Urbana,los que decidían las políticas públicas para la Ciudad, al igual que el jefe, comían callados para no impedir que Planeación Distrital sacara las Resoluciones de determinantes Nº 1114 y 1115 de junio1º de 2009, sobre el mismo terreno que solicitábamos el desarrollo para la Comunidad. Sera esto un Prevaricato?

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  6. Eso y el haber concedido licencia para construir sobre terrenos proyectados para ampliación de via Pública, esquina sur, dela calle 32 con carrera 7ª, nos muestran la falta de compromiso de los titulares de obligaciones para con la ciudad, llamemos los Burócratas de m.....! o que adjetivo merecen.

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  7. y penzar que el administrador gonzalo romero todos los meses le decia a los empleados que no les podia cumplir con sueldos ni prestaciones por que tenia que pagar 15 millones de arriendo mensual mente hasta que se destapo la olla podrida este sr hasta le ha robado las propinas a los empleados es una rata de la peor calaña y se ha hecho rico con la plata de los empleados del motel es el peor corrupto kque hay

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