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lunes, 12 de septiembre de 2011

LA CONGESTION EN TRANSMILENIO ES RESPONSABILIDAD DE LOS CONSORCIOS.

En un año, los buses del sistema TransMilenio deben instalar sensores de sobrecupo, ubicar personal para que organice el ingreso de los pasajeros a los buses articulados y alimentadores, e instalar un sistema de información al usuario de la salida y llegada de cada ruta a las estaciones y troncales.

La orden la dio el Consejo de Estado en fallo de acción popular que presentó Sara Isabel Ríos, una usuaria del sistema masivo de transporte que denunció en la demanda el riesgo de un accidente por el sobrecupo con el que viajan los articulados y la falta de información para utilizar el servicio con seguridad.

La situación en el sistema TransMilenio denunciada, "tiene origen, entre otras razones, en la creciente demanda del servicio público de transporte masivo y en la falta de planeación y proyección que se le ha dado al sistema".

Pero el fallo se queda corto frente a la realidad del problema de la congestión de los articulados y alimentadores de Transmilenio, que es responsabilidad directa de los consorcios, veamos por qué.  

La creciente demanda de pasajeros en los portales y estaciones, ha desbordado el Índice de Pasajeros por Kilómetro (IPK) recorrido, que se afecta notablemente por la baja frecuencia de las rutas.

Los ingresos de los buses de Transmilenio dependen de la variable IPK, que en los contratos vigentes reconoce los costos de transportar 4,8 pasajeros por kilómetro recorrido. Al superarse esa cifra, el excedente va a manos del empresario, y esto es precisamente lo ha venido sucediendo, pues nunca ha bajado de 5,1, por ello que la rentabilidad neta del negocio esté hoy en el 15% o más. Los operadores manipulan buscando dicho resultado. Por ejemplo, en 2009 el número diario de kilómetros recorrido por cada Transmilenio fue inferior a 2008 y, simultáneamente, mientras entre 2007 y 2009 el número de pasajeros transportados al día creció en 343 mil, la capacidad instalada de la flota apenas aumentó en 3.522 sillas y los cupos de pié en 8.148. Así, con menos frecuencias y más pasajeros, el sobrecupo será mayor; con más IPK y con la tarifa más costosa, mas exorbitantes serán las ganancias para los consorcios (la nueva mafia del transporte). Es una nueva modalidad de la “guerra del centavo”, que atenta contra la dignidad de los usuarios.
El modelo Peñalosa, es la causa principal del colapso de Transmilenio. La solución no comienza por la instalación sensores de sobrecupo en los articulados del sistema Transmilenio, sino en obligar a los operadores en aumentar las frecuencias de las rutas, bajar el Índice de Pasajeros por Kilometro (IPK), revisar los costos de operación y reposición de los buses, así como una revisión al perverso contrato de 2001, que subsidia a los inversionistas y en nada beneficia a los usuarios.
Mientras se continúe beneficiando los interese particulares sobre los intereses generales, no habrá soluciones inmediatas al caos del sistema.

Cabe anotar  que en los últimos 10 años, ningún concejal de la ciudad, ha hecho un control político al Sistema Transmilenio, con relación a las jugosas utilidades de los consorcios (94,27%) y las migajas recibidas por el distrito (5,73%), pero si aparecen en elecciones a recoger votos.

Carlos Augusto Cubillos Romero
cubillos52@gmail.com

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